lunes, 15 de junio de 2009

Relax en el trabajo

Santander Río y Novartis son dos de las empresas que tienen servicio permanente de masajes, la primera con Antei y la segunda con Artemisa Mobile Spa.

Santander Río incorporó el servicio dentro del Centro de Empleados, un espacio donde se concentran distintos beneficios para quienes trabajan allí: desde consultorios médicos hasta actividades de formación sobre vida sana y gimnasio. Adrián Elstner, gerente del Centro de Empleados de Santander Río, cuenta que la iniciativa fue local. “Venimos trabajando en tema de salud preventiva desde hace más de cuatro años. El concepto fue creciendo. Comenzamos poniendo un consultorio e invitando a especialistas, como una deportóloga, nutricionistas, cardiólogos, pensando que esto favorece la consulta de los empleados. Si les acercamos los profesionales tenemos una doble ganancia: hacen la consulta y no se distraen de su tiempo personal y laboral. ¿Por qué hacerlo en el horario de la oficina? Trabajamos por objetivos y las personas pueden dedicarle en el horario que quieran media hora y recuperarla en el momento que sea necesario”, explica. Así empezaron a contratar servicios de masajes express, los cuales se dan tres veces por semana, de 13 a 17, en una sala antiestrés que está ambientada con aromatización, música y un diseño zen en piedras y madera.

En Novartis, iniciaron una prueba piloto de masajes en junio del año pasado. Pero tuvo tanto éxito que la hicieron servicio permanente para quienes trabajan en el edificio del barrio del Núñez, unos 200 empleados. Todos los jueves, de 10 a 18, Artemisia se instala en una sala para masajes orientales a base de shiatzu, en turnos de 20 minutos. “Hicimos una campaña de comunicación al principio y tuvo tan buen impacto que no tuvimos que hacer nada más. Es una iniciativa de beneficio y de climas. Si bien está orientada a la gente que está en la computadora en la oficina todo el día, surgió en el área como una iniciativa para que por 20 minutos por semana uno se logre distender y ayudar a nuestro sedentarismo”, explica Alexandra Zwaal, analista de Recursos Humanos de Novartis Argentina.

Hay 2500 empleados que trabajan en el edificio de Santander Río ubicado en el microcentro porteño y otros de los alrededores, así que la sala está siempre llena. Además, para quienes no pueden tomarse un turno, Antei va con sus sillas de masajes a los distintos pisos y les hacen masajes en su oficina. Marcelo Dosa, de la Gerencia de Comunicación Corporativa, dice que usa las dos formas. “A mí me resulta complicado irme de la oficina a la tarde, entonces uso las sillas de masajes. Y si no, cuando voy al gimnasio del banco trato de coordinar los turnos para que me hagan shiatzu. Fuera del horario de trabajo, se me hace difícil hacer algo así porque voy a la facultad o hago otras actividades”, dice.

La iniciativa fue tan bienvenida en Novartis que este mes Sandoz, otra empresa de la multinacional, va a empezar con el mismo servicio. Además, están evaluando la posibilidad de incorporar clases de yoga.

En los dos casos, quienes toman el masaje deben hacer un aporte simbólico, de entre 5 y 10 pesos, para tomar el servicio. De esta manera se genera cierto compromiso y la idea de que es algo que la empresa hace junto a sus empleados


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